Por: Rosa Elena González
Vergüenza les debería de dar…
¿Quién demonios le dijo al Presidente de la República que las remesas son motivo de orgullo?, quien sabe, pero celebra que en este año se registraron cifras históricas de las mismas.
La realidad es que en lugar de llenarse la boca hablando de cifras históricas de dinero que llega a México, vía remeses, debería darle vergüenza que aumente el número de mexicanos desplazados, hay que entender que quienes mandan dinero a México la mayoría era gente del campo que abandonan sus tierras porque ya no les da para comer o los corrió la inseguridad y el gobierno no brinda los apoyos necesarios para dejarlos producir.
Debería darle vergüenza al mandatario nacional que el sistema no brinda las condiciones para que los mexicanos tengan más y mejores fuentes de empleo y nuestra gente no tenga que emigrar, abandonar su hogar, su familia y arriesgar la vida para ir a otro país a buscar lo que los hombres del poder en nuestro país no son capaces de brindar o generar, seguridad y empleo.
Pero no, no tienen conciencia, no se detienen a pensar que la gente abandona a su familia y se va al país del norte no por gusto sino por necesidad, que esos millones de dólares que llegan a México de remesas no protege a una familia sola, no consuela a un niño que extraña a su padre, a una mujer que llora a su esposo o unos padres que mueren sin ver nuevamente a los hijos que se fueron.
Esos millones de dólares por remesas que llegan a México y enorgullecen a las autoridades federales son el esfuerzo, sufrimiento, sacrificio de muchos mexicanos que añoran su patria, extrañan su hogar, su gente y por lo general tienen que aguantar hasta humillaciones para ganar unos dólares y mandar sustento a sus familias, muchos incluso cuestan hasta sangre.
Las remesas no son para que el Presidente de la república se enorgullezca, el flujo de remesas es para que le de vergüenza porque son el reflejo de la cantidad de mexicanos que por necesidad abandonaron la patria, las parcelas que están en el abandono, familias desintegradas, de hombres y mujeres que sufren el desinterés del sistema.
Lo anterior viene a colación porque ya van varias veces que hasta en la mañanera el Presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR celebra que se han tenido récord históricos en llegada de remesas enviadas por nuestros paisanos migrantes.
Dice LOPEZ OBRADOR que las remesas son la solidaridad de nuestros paisanos. No, señor Presidente, no es solidaridad, es el esfuerzo de hombres que emigraron por necesidad.
Como si los paisanos que envían remesas, arriesgando su vida, se fueron por gusto a sufrir humillaciones en un país extraño, dejando en el abandono a sus familias, ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR celebra que lleguen millones de dólares por concepto de remesas en lugar de implementar acciones que mejoren las condiciones de vida de los mexicanos, que lleguen los recursos al campo para que los campesinos no tengan que emigrar y abandonar sus tierras, es más, para que regresen con sus familias, a su tierra, su Patria.
Cierto, no es la primera administración en la que el presidente grita como si fuera un logro el que lleguen remesas, pero no se vale que se enorgullezcan de ello cuando debería darles vergüenza.
Hace falta más conciencia institucional, que se tengan funcionarios sensibles, que vean el dolor ajeno, que fomenten el arraigo y la identidad nacional, que instrumenten acciones para se tengan las condiciones necesarias para que tenga un campo productivo, generador de riqueza, que crezca la industria que genera empleos, que se le apueste a la capacidad de los mexicanos para hacer fuerte a nuestro país, pero no, todo lo que se ha tenido y se tiene en el sistema son personas que presumen con sombrero ajeno, como ahora que el mismo Presidente festina la cantidad histórica de remesas que llegan al país en lugar de avergonzarse.