Oscar Rafael Contreras Nava
Se asegura que la irresponsabilidad ciudadana provocó que la pandemia del Covid-19 creciera en Tamaulipas, pero esto no es así, porque la culpa es compartida.
La administración estatal tuvo el tiempo suficiente para informar, orientar y alertar a la sociedad sobre la pandemia y nunca lo hicieron. De igual manera, pudieron capacitar a los comités de salud para que orientaran a los ciudadanos y esto no sucedió.
Y además, se pudo invitar a los maestros para que a través de sus clases orientaran a sus alumnos, a los padres de familia y esto nunca se hizo.
Lo mismo se hubiera hecho con los sindicatos, organizaciones sociales, de comerciantes, sector empresarial y el productivo del estado.
Y es que un boletín y las apariciones esporádicas de la titular de Salud, Gloria Molina Gamboa, nunca alcanzaron a concientizar a los tamaulipecos sobre el peligro que se tiene si se contagian.
Es más, es momento en que si una persona se contagia no sabe qué hacer, desconoce a qué número telefónico hablar, ni a donde ir para que la orienten. ¿Cómo la ven?
Así que no es tan solo culpa de la ciudadanía que la pandemia se extendiera; GobTam también la tiene y debe aceptarlo, asumirlo y reflexionar sobre los pasos a seguir porque esto apenas comienza.
Por lo pronto, se tiene que aceptar que esta es la crisis de salud más severa que se ha tenido en toda la historia de Tamaulipas, ya que ni la tuberculosis en los años 60 y 70, ni mucho menos el dengue en la década pasada, tuvieron tal cantidad de fallecimientos.
Además, esas crisis de salud no llegaron a poner en crisis al comercio, ni mucho menos al empleo formal e informal, y ahora, ambos están a punto de desaparecer.
Son miles de comerciantes –formales e informales- en Tamaulipas que no tienen el dinero necesario y suficiente para mantener a sus empleados, pagar renta, impuestos, luz, agua y a los proveedores.
No existe un plan federal ni estatal que los rescate, que los apoye y los motive a seguir con sus actividades. No hay estímulos fiscales, ni incentivos y ahora la autoridad les vuelve a pedir que cierren en quincena y fin de semana.
Sin duda que existe una razón muy poderosa para hacerlo y es la de cuidar la salud de cada uno de los ciudadanos, pero ya se habían hecho compras de productos y ahora no saldrán de sus bodegas.
¿Qué pasará? Nadie lo sabe con certeza, pero son momentos en que se deben tomar medidas audaces para mantener de pie a los tamaulipecos y listos para continuar en la construcción de su futuro. Por eso, una vez más les decimos:
¡Quédate en casa!… si quieres vivir.
Por cierto, ya que hablamos del Coronavirus, el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que “entre todos estamos saliendo adelante de esta difícil circunstancia, hemos comenzado a promover la recuperación, con el apoyo a los más pobres, – y comenta que- se ha informado con transparencia y precisión de todas las medidas ante esta enfermedad”. ¿Será?
Creemos que AMLO lo que busca es esquivar los terribles resultados que ha dejado la pandemia en México, y la cual, lo ha dejado sin argumentos para echarle la culpa a los neoliberales o la corrupción y por su falta de respuesta para enfrentar el Covid-19 es muy seguro que vaya perdiendo la confianza que la gente aún le da.
Punto final. El secretario general de la Sección 30 del SNTE, José Rigoberto Guevara Vázquez, convocó a los trabajadores de la educación a sumarse a las estrategias de salud, cumpliendo con las disposiciones sanitarias y de prevención para evitar contraer la enfermedad COVID-19, más aun en esta temporada vacacional de verano.
Destacó que es oportuno el llamado a los agremiados de la Sección 30 para que se cuiden y cuiden a los demás quedándose en casa. Que deben respetar los filtros sanitarios, evitar las aglomeraciones de personas, aplicar la sana distancia y utilizar gel antibacterial para evitar riesgos y contagios.
Finalmente, el maestro Guevara Vázquez comentó que en un reciente encuentro con la secretaria de Salud, Gloria Molina Gamboa, establecieron las bases para coordinar el regreso a clases si la pandemia así lo permite, pero sobre todo poniendo a salvo la salud de los trabajadores de la educación mayores de edad, las mujeres embarazadas, en periodo de lactancia, además de proteger a niñas, niños y jóvenes estudiantes.
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