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– Lo más doloroso para Rusia sería quedar excluída del sistema internacional de pagos SWIFT, lo que provocaría un colapso de pagos
EFE.- Las primeras sanciones anunciadas en la víspera contra Rusia por las principales potencias occidentales apenas tendrán un efecto simbólico para la economía rusa, advirtió esta mañana un experto del renombrado Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW).
En declaraciones a EFE, el economista jefe para Rusia en el WIIW, Vasily Astrov, asegura que las medidas adoptadas hasta ahora son “bastante modestas”, ya que Rusia depende poco de los mercados financieros internacionales.
Según el economista ruso, que trabaja para el WIIW desde 2003, la Federación Rusa ha ido acumulando importantes reservas de divisas en los últimos años y su deuda pública es muy baja.
“La deuda pública de Rusia es solo del 28% del Producto Interior Bruto (PIB), las reservas de divisas (dólares) ascienden al 40% del PIB”, explica Astrov.
Con unos 640,000 mdd estas reservas están solo por detrás de las de China, Japón y Suiza, destaca el economista.
Ante este dato, las sanciones anunciadas por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros países, “son solo de naturaleza simbólica”, asegura el economista.
“Son pequeños pinchazos, que apenas tienen importancia, al igual que las medidas contra ciertas personas”, explica el experto en alusión a las sanciones contra varios empresarios y contra los 351 diputados rusos que votaron a favor de reconocer la “independencia” de los territorios rebeldes en el este de Ucrania.
“Estas medidas son desagradables para las personas afectadas pero no tienen ninguna relevancia económica. La idea detrás es crear malestar en las élites políticas y económicas rusas para que éstas se rebelen contra (el presidente VladImir) Putin. Pero eso no va a suceder”, asegura.
“El problema es que estas personas dependen más de Putin que de Occidente y si tienen que elegir seguirán siendo leales al régimen, incluso si sufren algunas pérdidas en Occidente”, explica Astrov.
Así las cosas, las medidas punitivas anunciadas como mucho le restarán décimas porcentuales al crecimiento económico ruso, estima el economista del WIIW.
“Lo que puede ser más relevante no son las sanciones en sí sino el creciente riesgo en general, como la depreciación del rublo (la moneda rusa) por la fuga de capitales estos días”, señala Astrov.
Más doloroso para Rusia, sin duda, sería excluir al país del sistema internacional de pagos SWIFT, lo que provocaría el colapso del sistema de procesamiento de pagos.
“Incluso en este caso, dudo mucho que Rusia caiga por ello en una recesión”, matiza el experto y recuerda que también los países occidentales se verían muy afectados, ya que no podrían pagar sus cuentas de gas natural a Rusia.
Varios países europeos, como Alemania, Austria o Bulgaria, dependen en gran medida del gas natural ruso.
Otra medida que podría dañar a Rusia, según el experto, sería cortar el acceso a la compra-venta internacional de dólares.
“Eso sería una sanción muy dura para Rusia, ya que provocaría importantes costes”, asegura Astrov.
En todo caso, destaca el experto, Rusia está hoy mucho mejor preparada para enfrentar las sanciones occidentales que en 2014, tras la anexión de Crimea, cuando el precio del petróleo estaba en mínimos.
Con el precio actual, por encima de 90 dólares por barril, Rusia puede fácilmente soportar una caída incluso en el caso de que Irán vuelva a los mercados petroleros en el marco de un posible e inminente acuerdo sobre el pacto nuclear.
“Los altos precios del petróleo son un importante sostén para Rusia y hacen poco probable que caiga en una recesión”, asegura el experto.
Rusia es junto a Estados Unidos y Arabia Saudí el principal productor mundial de petróleo y el principal exportador de gas natural en el planeta.
Astrov recuerda que el presupuesto público de Rusia se basa en un precio del petróleo de 42 dólares por barril.
El dinero ingresado por encima de ese precio se invierte en un fondo estatal especial, cuyo volumen asciende ya a un 12% del PIB.
El economista ruso recuerda además que la población rusa está acostumbrada a las crisis económicas, como en los años 1990 o a principios de los 2000.
“La población rusa es muy paciente, no como en Italia o Francia”, señala el experto, poniendo en duda que los daños económicos para Rusia puedan causar un malestar social que pueda ser un peligro para el presidente ruso.