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– Los buenos líderes deben aprovechar las crisis para cambiar o rediseñar los hábitos
Mariel Fornoni
Clarín.com Opinión
“Nunca dejes que una crisis grave se desperdicie”, decía Rahm Emanuel, demócrata ex alcalde de Chicago y Jefe de Gabinete de la Casa Blanca con Barack Obama luego de la crisis financiera del 2008. A partir de allí convenció al Congreso de llevar adelante un enorme plan de estímulo a la economía , además de leyes de protección al consumidor, discriminación salarial y grandes reformas sanitarias.
Los buenos líderes deben aprovechar las crisis para cambiar o rediseñar los hábitos, cada uno en su ámbito de incumbencia:la política para la sociedad en su conjunto y los dirigentes en las empresas, los sindicatos, las ONG, etc. La suma de hábitos define gran parte de nuestro comportamiento y si bien sabemos que es una tarea difícil será vital rediseñar e impulsar e influir en las conductas a través de políticas públicas y corporativas.
El Coronavirus ya cambió hábitos y comportamientos. Se mantendrán en el tiempo? Cuáles sería conveniente no perder? Cuánto tiempo perdurarán? Cuánto sostendremos por ejemplo los latinos el distanciamiento social?
Cómo podemos hacer diagnósticos en un nuevo paradigma del que aun no tenemos datos? Sin datos no hay información y sin ella ni planificación ni buenas decisiones posibles.
Necesitamos comenzar a pensar en los efectos de esta pandemia proyectando escenarios de corto y largo plazo en términos de cómo se comportará la sociedad, de cómo impactará esto en la conducta de los consumidores, en la lealtad a las marcas, en una visión tal vez diferente de los esquemas de valor y precio, en la confianza.
Más consumidores, a fuerza de necesidad, están probando la compra de comestibles en línea. Cuantos lo seguirán efectuando en el futuro? Cómo podemos retenerlos cambiando sus hábitos? Muchos de los que comenzaron a cocinar, en parte para matar el aburrimiento, lo seguirán haciendo y llevarán sus propias viandas cuando vuelvan a la oficina? Dejarán de comer afuera? Como afectará eso el consumo de bebidas, por ejemplo, que ya ha caído significativamente?
Si decido tomar cursos, o seguir mis clases de yoga, o de finanzas on line, cuánto estaré dispuesto a pagar por ellas? Cual será mi noción de valor? Tendremos que pensar en una estrategia de descreme de mercado diferenciando precios entre quienes decidan hacerlo o no presencial? Entendemos que esas clases on line nos hacen competir con los mejores del mundo?
El mundo cambió y recambiará. Debemos entender cómo. ¿Se acelerarán los esfuerzos por el desarrollo sostenible? ¿Qué le exigirán a las marcas los consumidores Z?
Nuestros estudios de M&F dicen que el 68% de la gente permanece todo el día mirando noticias por diferentes medios y que además crece el tiempo promedio de lectura que le dedica a cada uno de ellos y la confianza que le asigna. Se da en un contexto muy dinámico donde se escriben 500 millones de tweets por día, hay 5 billones de búsquedas por día en Google y donde hoy también observamos que Amazon está vendiendo 10.000 dólares por segundo, las 24 horas del día, concentrando prácticamente el 40% del mercado online en EEUU. Habrá que salir a buscar oportunidades, habrá que entender el mundo que se viene. Lo que no podemos permitirle a esta crisis es que nos paralice. No es opción. Hay mucho por hacer y necesitamos ponernos en movimiento.