Solo en 12 economías avanzadas en el mundo se goza la paridad jurídica entre la población femenina y la masculina, dijo el Banco Mundial.
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Por Leticia Hernández
En América Latina y el Caribe, las mujeres acceden a menos de tres cuartas partes de los derechos legales que se otorgan a los hombres con persistentes diferencias en las áreas de paternidad, remuneración y trabajo, concluye un informe del Banco Mundial, en donde México resultó con un marcador ligeramente por encima del promedio de la región con 88.8 puntos en el Índice de la Mujer, la Empresa y el Derecho (WBL por sus siglas en inglés) del 2022, por arriba del promedio de América Latina de 80.4 puntos y del marcador global de 76.5 puntos.
“A nivel mundial, las mujeres todavía acceden a solo tres cuartas partes de los derechos reconocidos a los hombres, lo que se traduce en una puntuación total de 76.5 sobre 100 puntos, que indicaría la existencia de una paridad jurídica completa”, explica el informe “La Mujer, la Empresa y el Derecho 2022″.
Doce economías avanzadas son las únicas del mundo que obtienen una puntuación de 100: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Grecia, Islandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Portugal, España y Suecia. De 39 economías con marcadores más altos a 90 puntos, sólo dos están en América Latina y el Caribe y son Perú y Paraguay con 95 y 94.4 puntos, respectivamente.
“Si bien se han logrados avances, a nivel mundial la brecha entre los ingresos esperados tanto de hombres y mujeres a lo largo de su vida es de 172 billones de dólares, casi dos veces el producto interno bruto (PIB) anual del mundo”, señaló Mari Pangestu, Directora Gerente de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial.
En el mundo, alrededor de 2 mil 400 millones de mujeres en edad de trabajar no tienen igualdad de oportunidades económicas, y 178 países continúan con barreras legales que les impiden participar plenamente en la economía. En 86 países, las mujeres enfrentan algún tipo de restricción laboral, y 95 países no garantizan la igualdad de remuneración por un trabajo de igual valor, concluye el informe presentado este martes desde Washington.
En México, la puntuación del índice WBL 2022 mejoró en 2020 cuando saltó desde 83.8 puntos a 88.8 puntos en 2021, en donde permaneció en esta última edición con las mismas áreas de oportunidad como en el rubro de la parentalidad, las leyes en afectan el trabajo de las mujeres después de tener hijos, en donde el marcador fue de 60 puntos, el más bajo entre las ocho dimensiones analizadas en el indicador desarrollado por el Banco Mundial.
Se puede considerar existe equidad legal entre hombres y mujeres en el plano de movilidad, de las leyes que afectan las decisiones de las mujeres de trabajar, las restricciones legales relacionadas con el matrimonio, con el emprendimiento y para la tenencia de activos o propiedades, dimensiones en donde la puntuación en el índice alcanzó el 100 puntos. No es así en la igualdad salarial, en donde en el marcador fue de 75 puntos, al igual que en jubilaciones.El cuidado infantil es un área crucial para que las mujeres puedan acceder a las oportunidades en el mercado laboral y este año el estudio incluye un estudio piloto realizado en 95 países sobre las leyes que rigen el cuidado infantil, incluyendo a México en donde destaca un proyecto de análisis y servicios de asesoría liderado por la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial enfocado en mejorar el marco regulatorio para la provisión de cuidado infantil, con un enfoque particular en la calidad y equidad de los servicios.
“Las mujeres no pueden lograr la igualdad en el lugar de trabajo si están en una posición desigual dentro del hogar”, afirmó Carmen Reinhart, Vicepresidenta Sénior y Economista en Jefe del Grupo Banco Mundial. “Eso implica lograr condiciones equitativas y asegurarse de que el hecho de tener hijos o hijas no impida a las mujeres participar plenamente en la economía y hacer realidad sus esperanzas y aspiraciones”.
Un número creciente de economías están invirtiendo en el cuidado infantil con el fin de mejorar sus habilidades y reconocer el trabajo no remunerado que desempeñan las mujeres, quienes suelen asumir una mayor cantidad de tareas de cuidado.