* Escarban en los botes de la basura, tratando de encontrar comida
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Un problema social, que en esta ciudad Mante se está pasando por alto, es la gran cantidad de mendigos, desde los que deambulan sin rumbo fijo, hasta los que solicitan el apoyo con alguna moneda o un taco para comer, recorriendo la zona centro.
Desde los inicios de la pandemia, con el aislamiento social ordenado por las autoridades, con el cierre de la zona centro, las calles solo permitían ver a los enfermos, a los ancianos que en la vía pública, pedían la solidaridad ciudadana traducida en una moneda, sentados en las banquetas que solitarias lucieron por muchas semanas.
Aquellos que acudían a los cafés, a la iglesia, a las dependencias públicas y extendían la mano para alcanzar una moneda que gente de noble corazón les daba, pronto se encontraron con un mundo diferente, sin gentes y sin nadie que les pudiera ayudar.
Todo sigue casí igual, la inactividad llevó a la quiebra a muchos negocios, a muchos restaurantes o cafés en donde ellos tenían por costumbre hacer sus recorridos, y donde corazones nobles, dejaban pagado el almuerzo de manera callada, para estos indefensos humanos.
Hoy al reducirse quienes los ayudaban, al cerrarse los cafés y restaurantes en donde les obsequiaban un taco, ven en los botes de la basura la opción de conseguir algún mendrugo para llevarse a la boca.
Para los mendigos, no hay programas, no hay alimento diario, no hay dotaciones de despensas, ellos no protestan, no salen a las calles a exigir, lo que no es de ellos, para ellos no hay rifas, sencillamente en el mundo de los normales, apanicados con el coronavirus, no existen, solo son como alma en pena, nadie voltea a ver por ellos.