* 16 años han pasado der aquel trágico momento
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Era muy temprano, el reloj marcaba apenas el paso de las 6:00 de la mañana, ecuando de pronto se activaron las llamadas de alarma, en torno a un suceso, a la altura del rancho Betty en el municipio de González Tamaulipas, hace 16 años de esa triste noticia, donde murieron tantas gentes y otras mas quedaron heridas.
Todo inicio una hora y minutos antes, cuando en la ciudad de Tampico, el autobús de conocida línea de autotransporte, salió con destino al Mante, aquel trágico 25 de noviembre de 2005, allá en la central camionera de Tampico, subieron hombres, mujeres, jóvenes con destino a El Mante Tamaulipas, distante a casi 2:30 horas de camino, todo marchaba bién, pero los ocupantes del autobús no sabían que tenían una cita con el destino.
16 años, toda una vida, como vuela el tiempo, en estación Manuel del municipio de González, subieron mas pasajeros al autobús aquel, en González Tamaulipas, otros más todos con destino al Mante, por cuestiones de trabajo, por cuestiones de estudios y otros más que regresaban a sus casas en esta ciudad tras estancia de algunos días en el puerto de Tampico.
Dormitando unos, repasando tareas otros, dialogando algunos conocidos de viaje, pero todos viajaban sin imaginar lo que estaba por ocurrir, en González Tamaulipas subieron jóvenes que acudían a sus estudios a las universidades del Mante Tamaulipas, ilusionados con un mejor futuro, hacían la rutina de todos los días, pero no imaginaban que ese día sería diferente.
A la entrada de Graciano Sánchez, en el entronque de la carretera subieron los últimos invitados a la trágica reunión que sin conocerse y sin haber cruzado palabra antes, estaban convocados porque kilómetros adelante, un veloz tráiler iba a su encuentro por la carretera Tampico Barra de Navidad, la penumbra de la noche, que apenas comenzaba a cortar el amanecer, era devorada por ambas unidades.
Frente al rancho Betty, un enorme monstruo mecánico estaba parado en la carretera al parecer por una falla mecánica, y se dice que el conductor del autobús intento ganar el paso por el único carril libre, por donde raudo el tráiler se desplazaba.
El estruendo fue brutal, hierros retorcidos del tráiler y del autobús se fueron descubriendo conforme los primeros rayos del sol, era dantesco, horrible, los ayes de dolor se escuchaban al paso de otros automovilistas, impotentes de poder ayudar, los cuerpos de emergencia del Mante llegaron al sitio de la tragedia y no daban crédito a los que sus ojos veían.
Ha sido la mayor tragedia ocurrida en esta región en los últimos años, sobre la cual se han tejido innumerables leyendas, historias legales, odiseas de rescate y mucho más, hoy en el sitio solo los monumentos y capillas elevadas en honor a los fallecidos hablan en torno a este suceso trágico y conmovedor.