* Padre de familia, entra al relevó en festival de su hija, y se convierte en su pareja de baile
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
El amor incondicional si existe, y los amigos del portal Realidad Ocampo, publican un ejemplo de ese amor incondicional, que un padre también sabe dar a sus hijos, sin reparo alguno, sin pensarlos dos veces y sin cuidarse del que dirán.
Los hechos ocurrieron en Ocampo Tamaulipas, en el festejo que la escuela primaria Cuauhtémoc, organizaba en honor al día de la madre y día del padre, Jaime Llarena, un orgulloso padre de familia, acudió a la invitación que a través de su hija le hicieron autoridades educativas y el comité organizador.
Todo marchaba como miel sobre hojuelas, pero al momento de presentar un acto artístico, consistente en un baile por parte de los alumnos, hacia sus madres y padres, el compañero de la hija de Jaime, sencillamente no acudió al evento, y la niña salto al escenario sola, pero dispuesta a cumplir con el número artístico que le tocó montar.
Ahí apareció el héroe de esa niña, Jaime Llarena impulsado como resorte por el amor a su niña, saltó al escenario y se integró el grupo, y tomando la mano de su hija, siguió los pasos del bailable y su hija cumplió con el grupo, con su escuela y sacó adelante el número artístico, y entre aplausos bajo del escenario aquel héroe.
Vale la pena contarlo, para esa niña, es una experiencia que se grabó en su corazón, un surco con bordados de oro, en su cerebro, pero sobre todo una enseñanza que se guarda para el futuro.
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