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– Mark Esper, secretario de Defensa, consideró que la opción de usar a los militares deben ser un “último recurso”. El presidente Donald Trump estaba considerando desplegar tropas sin el permiso de los gobernadores
Infobae
El jefe del Pentágono, Mark Esper, se pronunció en contra del despliegue de militares en el país, una opción barajada por Donald Trump para enfrentar las protestas contra el racismo que ya llevan más de una semana en decenas de ciudades estadounidenses.
“La Guardia Nacional es más adecuada para prestar apoyo a las fuerzas locales. La opción para usar militares activos solo debe ser un último recurso. No apoyo invocar el Acta de Insurrección”, declaró el secretario de Defensa, una postura que podría enfrentarlo con el mandatario.
En conferencia de prensa, Esper agregó: “Lo digo no solo como secretario de Defensa, sino como ex soldado y ex miembro de la Guardia Nacional”. Además, indicó que la situación actual no representa un escenario de riesgo o urgencia necesaria como para tal medida.
La prensa estadounidense reportó en los últimos días que Trump estaba analizando ese camino. Si bien una ley prohíbe recurrir a soldados en activo para misiones de mantenimiento del orden, hay una excepción en caso de insurrección. La Ley de Insurrección, de 1807, se utilizó por última vez en 1992 por George H.W. Bush durante disturbios en Los Ángeles luego del juicio sobre Rodney King, cuando se absolvió a los policías que fueron grabados golpeándolo.
En caso de desorden público, corresponde a cada estado recurrir a ex policías reservistas de la Guardia Nacional.
El lunes, Esper había manifestado su preocupación por la situación y dijo que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley deben “dominar el campo de batalla” para reponer el orden, en medio de un estallido de protestas contra la brutalidad policial, el racismo y la desigualdad social. Posteriormente, funcionarios del Pentágono indicaron que se trataba de una jerga militar.
El actual jefe del Pentágono es el segundo que ha ocupado el cargo durante el gobierno de Trump y fue confirmado en el puesto en julio pasado. Previamente, la oficina estuvo liderada por Jim Mattis, un muy respetado general que renunció tras desacuerdos con el presidente.
Esper y el jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Mark Milley, acompañaron a Trump cuando éste caminó el lunes por la noche hasta la iglesia de Saint John, un edificio emblemático cercano a la Casa Blanca, que había sufrido daños el día anterior al margen de una manifestación. La aparición fue criticada por la oposición y los activistas, ya que las fuerzas de seguridad debieron despejar con gases lacrimógenos el área para permitir el paso del presidente.
(Con información de AFP)