Adiós Mama; se fue mi madre a los 89 años
Por Roberto Olvera Pérez
Nunca pensé iniciar un año nuevo con una noticia tan difícil en lo personal y tan directa de lo que soy, y de lo que estoy hecho. Siento que se ha ido una parte importante de mí, la que me hizo, la que me formó, la que me convirtió en un hombre de bien. Siento que se me ha ido la constructora de mi vida, la arquitecta de mi destino y la mejor maestra que me enseño gran parte de lo que soy, y que he podido hacer en la vida.
Murió mi madre cuando menos lo esperaba y cuando más me inspiraba en ella para cumplir como padre, como esposo, como periodista y como ciudadano; su ejemplo fue más que una lección, fue más bien la obligación de hacer lo mismo y hacer mas. Me dejó una meta muy alta por cumplir y ahora que se va entiendo lo grande y lo bueno que fue siempre conmigo y todos sus 14 hijos, que en mi forma particular de ser siempre estuvo conmigo, apoyándome, orientándome, exigiéndome que diera lo mas de si para enfrentar la vida y salir bien librado de todo lo que se presentara; mi madre supo cumplir su labor en una familia extensa, mas grande que lo normal, que con dificultades y desvelos pudo darnos a todos una mayor esperanza de vida, plena y un porvenir que cada quien con su ayuda logró hacer.
Luchó al máximo, batalló hasta el último día, lloró y sufrió al ver como cada uno de sus hijos escribía su historia, pero nunca nos dijo que iba a pasar cuando faltara ella; como nos íbamos a sentir sin ella; por eso quiero trasmitirles a ustedes que me siguen y me leen que estoy triste, que veo que se apagó una luz, que me orientaba y a la vez me protegía. Que se fue como dije, ni base, ni inspiración y ni soporte espiritual que siempre quise y admiré mucho.
La Señora Emilia Pérez Soria Viuda de Olvera, mi madre murió a los 89 años de edad aquí en Ciudad Victoria en su casa; fue una madre, abuela, bisabuela y tatarabuela ejemplar, tuvo 14 hijos de los cuales quedamos 13, la mayor se fue hace exactamente 23 años el mismo día en que partió mi madre, un 3 de enero y todos hoy conmigo lloran o sienten mucho su irreparable partida. A todos nos dio un pedazo de tierra para construir nuestra casa, pero más que eso nos dijo como teníamos que vivir la vida, luchando, trabajando, esforzándonos al máximo para hacer bien las cosas, sin hacer mal a nadie y cumplir con los nuestros y con quienes nos apoyan; entregar siempre nuestro mejor esfuerzo, en las cosas que nos tocan hacer y pedirle a Dios nos ilumine para hacer siempre las mejores obras posibles, como andar con firmeza y sobre todo con gran voluntad y sin aspavientos, así como ella siempre actuó.
Una enseñanza que nos dejó a todos, fue el de defender hasta el último lo que uno es y lo que uno quiere; no dejar pasar nada sin terminar o a medias, tratar de hacer las cosas con un espíritu de amor, de familia y de entrega total. Así la recordaremos siempre y así hoy al iniciar el 2021, temporalmente le decimos adiós, con tristeza y con el amor que ella nos dio hasta reunirnos con ella en la eternidad. Adiós Mama, te queremos mucho, siempre te recordaremos.
Ahora los que hemos pasado por este dolor tan grande, sabremos cómo se siente una ausencia de ese tamaño, porque es una gran parte de uno mismo que se va y que no regresará mas con nosotros. Quiero agradecer también todas las muestras de apoyo y solidaridad en este difícil momento que pasamos y sin escatimar tiempo y esfuerzo me ayudaron a dar a mi madre cristiana sepultura, que se dice fácil, pero que es también uno de los más duros momentos que he vivido en toda mi existencia. Que me rompe y que a la vez me levanta con el orgullo que de ella y de mi padre Don Fernando Olvera González (+), siempre sembraron en mi para seguir adelante; así también que ella ya está con mi hermana la mayor Silvia Olvera Pérez, a la que siempre la tuvimos presente en vida y ha seguido hasta ahora, como sé que ahora junto con mi madre nos acompañaran desde otro lugar que también será cercano y muy importante para mí con su espíritu y recuerdo permanente. Precisamente partió el mismo día que su hija y las dos entran al cielo el mismo día. También ya está con su nietecito, mi sobrino, hijo de Silvia, Olverth Diez Olvera.
Gracias a todos los que nos acompañaron en su funeral a pesar de lo especial de los tiempos y que estuvieron con nosotros tanto en su enfermedad como en su partida y que se acercaron a darnos su pésame, el que sentimos reconfortante y sincero como parte también de la vida misma y como parte de la gran familia que ella hizo y nos enseñaba a nosotros también. Por eso quiero decirles que siempre tendré presente esas muestras de cariño y apoyo y de compañía hacia mi persona y con mi familia, mi esposa Guadalupe Villanueva Alfaro; mis hijas Gabriela Guadalupe y Cynthya Sarahí Olvera Villanueva; y mi yerno el Licenciado Alfonso Javier de Luna Cantú, con mi nieta Alessandra Gabriela de Luna Olvera; de mis hermanas y hermanos: Fernando, Oscar Homero, Martha Rafaela, Ricardo, Norma Alicia, Leticia, Sonia, Verónica, Efrén, Rubén, Myrna, Leobardo y Fernando Adrian Olvera Pérez. A nombre de todos ellos muchas gracias de todo corazón, será desde ahora la figura de mi madre ya desaparecida con todo lo que representó para mí, la que me impulsará a continuar en esta vida, siguiendo su ejemplo de lucha, de entrega y de amor incondicional que cada día será, y ahora más que nunca mi meta, mi ideal y mi compromiso.
Adiós mamacita, te recordaremos mucho y que más te extrañaremos siempre. A su lado siempre estuvo su hermana, mi tía, la única hermana de ella, Doña Carmela Pérez Soria Viuda de Arista y toda su apreciable familia, quien nos acompañó en este último momento y se hizo acompañar por dos de sus hijos de tantos que son también: Narciso y Sandra Arista Pérez.
Agradezco a ver visto sus rostros de dolor y en sus ojos sus muestras de dolor y congoja. Gracias por sus sentimientos de todo corazón. Descanse en Paz mi Madre: La Señora Emilia Pérez Soria Viuda de Olvera.
Por hoy es todo, en la próxima seguiremos dialogando del acontecer político tamaulipeco.