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– Los médicos realizaron este estudio con una joven de 23 años que se contagió en el último trimestre de la gestación
Infobae
Desde que comenzó la pandemia del coronavirus se han dado casos de transmisión del SARS-CoV-2 de madres a recién nacidos, muy pocos y la mayoría se cree que por contacto ambiental. Ahora, un equipo de científicos documenta una posible infección de una madre joven a su bebé a través de la placenta.
El bebé nacido en marzo sufría síntomas neurológicos vinculados a la enfermedad. “Hemos demostrado que la transmisión de madre a feto es posible a través de la placenta durante las últimas semanas de embarazo”, señaló el doctor Daniele De Luca, del hospital Antoine Beclere de Clamart, principal autor del estudio.
Precedentes estudios sugerían la posibilidad de la transmisión prenatal de madre a hijo, pero este nuevo proporciona pruebas, señaló. “Hay que analizar la sangre materna, el líquido amniótico, la sangre del recién nacido, la placenta, etc”, dijo.
Los investigadores, liderados por Daniele De Luca, señalan que estudios anteriores habían sugerido que puede producirse una transmisión perinatal (el período inmediatamente anterior y posterior al nacimiento) del SARS-CoV-2, pero no está claro si tiene lugar a través de la placenta, por vía cervical o como resultado de una exposición ambiental.
Los médicos realizaron este estudio con una madre joven, hospitalizada a comienzos de marzo. El parto debió realizarse mediante cesárea y fue posible tomar todas las muestras de los potenciales reservorios del virus SARS-CoV-2, cuya carga más elevada se encontró en la placenta.
“Desde ésta pasó a través del cordón umbilical al bebé, que lo desarrolló”, señaló De Luca.
Veinticuatro horas después del nacimiento, el bebé presentó síntomas severos, como rigidez de las extremidades y lesiones en el sistema nervioso cerebral y que fueron desapareciendo poco a poco.
En este artículo De Luca y sus colegas presentan los resultados de un caso que sugiere que la transmisión transplacentaria del SARS-CoV-2 puede ser posible. “La mala noticia es que puede producirse. La buena es que es raro”, destacó De Luca.
Los autores describen que una mujer embarazada de 23 años fue admitida en el hospital con fiebre y tos severa y las distintas pruebas confirmaron la presencia de genes relacionados con el SARS-CoV-2 (la madre se infectó en el último trimestre de embarazo).
Una hora después del parto por cesárea las pruebas realizadas al bebé, y de nuevo 3 y 18 días después, también dieron positivo en los mismos genes que la madre relacionados con el coronavirus; la sangre del recién nacido y el lavado broncoalveolar también fueron positivos.
No se encontraron otras infecciones virales o bacterianas y se excluyeron todos los demás trastornos neonatales potencialmente causantes de estos síntomas clínicos.
Los investigadores confirman que tanto la madre como el niño se recuperaron de la infección y posteriormente fueron dados de alta del hospital.
De Luca y su equipo también midieron cargas virales más altas en la placenta que en el líquido amniótico y la sangre materna, lo que sugiere que el SARS-CoV-2 podría replicarse activamente en las células de la placenta y causar viremia neonatal.
Esto es coherente con los niveles de inflamación observados en un examen histológico de la placenta, apuntan los autores.
Al confirmar la presencia del SARS-CoV-2 en el tejido de la placenta y en la sangre materna y neonatal, los científicos llegan a la conclusión de que la transmisión de la madre al bebé se produjo muy probablemente a través de la placenta.
No obstante, aseveran los responsables de este estudio, se necesitarán más investigaciones para confirmar estos resultados.
(Con información de AFP y EFE)