lunes, noviembre 25, 2024
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Cáncer de mama: Historias sobre mastectomía contadas por mujeres sobrevivientes

Foto Especial: Instagram @karlabarajasj y fotografía Alejandra Perfino

– ‘El cáncer no es sinónimo de muerte’: Las mujeres sobrevivientes llaman a mejorar las campañas de prevención y el acceso oportuno a tratamientos para el cáncer de mama

Por Redacción
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“O lucho por mi vida o me paralizo por el miedo”. Al ser diagnosticadas con cáncer de mama, las personas pueden experimentar muchos sentimientos negativos. Rebeca, Katya y Karla, sobrevivientes de cáncer de mama, consideran que si bien es importante llorar, es mucho más apremiante tomar acción y, con todo y el miedo, seguir adelante.

En conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama este 19 de octubre, hablamos con mujeres sobrevivientes a esta enfermedad, quienes cuentan cómo vivieron su diagnóstico, cómo fue la mastectomía que se hicieron y cuál fue su decisión final sobre reconstruir o no sus senos.

¿Qué es el cáncer de mama?
Es una enfermedad en la que las células de la mama se multiplican de manera descontrolada. Esto puede iniciar en distintas partes de la mama, sobre todo en tres segmentos: lobulillos (glándulas que producen leche), conductos (los ‘tubos’ que transportan la leche al pezón) y tejido conectivo, explicó Max Saráchaga, director médico en Amgen México, a EFE.

El cáncer de mama no tiene una causa única pero existen diversos factores que pueden contribuir con su aparición.

Por esto, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EU establecen cuáles son señales de riesgo: detectar un bulto en la mama o en la axila, notar el aumento del grosor o hinchazón en la mama, irritación o hundimientos en la piel de la mama, enrojecimiento o descamación, hundimiento del pezón, secreciones o dolor en la mama.

A Rebeca le detectaron cáncer de mama en etapa 3
Rebeca es abogada y sobreviviente de cáncer de mama. Esta parte de su historia inició en 2019, cuando en Semana Santa, se sintió una bolita en el seno. Cuando acudió a su revisión ginecológica anual, su doctora le recomendó realizarse un ultrasonido y mastografía ante la sospecha del pequeño bulto.

“Me hago mis estudios y veo que sale algo que nunca había salido. Entonces me empiezo a asustar. Y es ahí cuando empieza mi lucha. Yo le digo lucha porque yo quería vivir (…). Con mucho miedo, seguí con los estudios que me iban indicando, hasta que llegué con el médico oncólogo”, narra Rebeca entrevista con El Financiero.

La abogada se atendió en un hospital particular, donde su tratamiento completo fue de 16 quimioterapias.

Explica que, una vez que le fue confirmado el diagnóstico de cáncer de mama, se hizo la mastectomía radical del pecho derecho. Éste, considera, fue un golpe muy duro. “Ese pecho lo mandaron a estudiar a Patología y ahí se dieron cuenta que era un cáncer agresivo y fui diagnosticada en la etapa tres”.

La American Cancer Society establece que cuando hay un diagnóstico de cáncer de mama, el siguiente paso es saber si se ha propagado a otros órganos y a cuáles, con el objetivo de determinar la etapa de la enfermedad.

Existen cinco estados que van desde la etapa 0 a la etapa 4. La etapa más baja, la 0, se describe como un carcinoma in situ, es decir, las células cancerosas no se han propagado en el tejido mamario circundante. La etapa 4, que es la más alta, es aquella donde hay mayor propagación e incluso metástasis.

La etapa tres, como el caso de Rebeca, es aquella en la que hay un tumor canceroso de aproximadamente 5 centímetros y es posible que se haya propagado a tejidos cercanos, como la piel del seno o el músculo.

¿Qué es una mastectomía y cómo es la reconstrucción mamaria?
Es una cirugía que consiste en extirpar el seno por completo. Ésta se realiza cuando la paciente no es candidata para una cirugía de conservación de una parte del seno (tumorectomía), aunque algunas mujeres también optan por la mastectomía como tratamiento. La American Cancer Society explica que algunas pacientes con muy alto riesgo de volver a padecer cáncer de seno se remueven ambas mamas, esto es una mastectomía doble.

Rebeca explica que, debido al cáncer agresivo, se le realizó una mastectomía para removerle un seno.

“Cuando me dijeron que tenía que quitarme un pecho no lo sentí tanto, porque yo dije, bueno, es un pecho a cambio de mi vida”, cuenta Rebeca, e incluso consultó con su médico la posibilidad de que le quitaran los dos. El especialista le recomendó no hacerlo pues no había motivo en su caso para una mastectomía doble.

Más adelante en su proceso, la abogada optó por la reconstrucción mamaria. Esta solo puede ocurrir cuando la paciente ya está en remisión, es decir, que se ha podido controlar el cáncer.

“No es que lo quiera olvidar, sino que quiero borrar eso, esa parte de mí, pues me dolió como mujer que me hayan quitado mi pecho. Por eso decidí reconstruirme. Y ese proceso de reconstrucción fue complicado para mí, o sea, me jalaron un poquito de piel de la espalda para recubrir el implante que me pusieron. Eso es lo doloroso, pero con medicamento se pasa. Y lo más padre es que ya cuando te ves al espejo y dices ‘casi quedó igual’, o sea, aquí no pasó nada y a lo que sigue”, narra Rebeca.

La abogada llama a las mujeres a no dejarse caer por el miedo a esta enfermedad: “Decirles a las mujeres que vienen en camino o que están siendo diagnosticadas en este momento, que no las paralice el miedo, que sigan adelante, porque el miedo es lo único que nos va a llevar a un lugar que quizás no queramos llegar.

“El cáncer no es ni debe ser sinónimo de muerte y sí se puede, o sea, sí se puede, tiene que ser valiente, que llore lo que tenga que llorar ya después de que se canse de llorar, que tome las riendas del asunto y que siga adelante”.

Katya: cómo ‘habitar el cuerpo’ tras una mastectomía doble
Katya, quien actualmente tiene 43 años, se dio cuenta de que algo era diferente en su cuerpo cuando notó una bolita en el pezón, que la llevó a una consulta ginecológica, en medio de la pandemia de COVID-19, cuando era recomendado no salir de casa especialmente a las personas con comorbilidades. Ella padece fibromialgia.

Luego de pedir una segunda opinión sobre su caso, por fin le solicitaron una mastografía, un servicio que le habían negado en varios años seguidos debido a que era considerada demasiado joven. “Cuando me diagnosticaron yo iba a cumplir 41 años. Entonces cinco años atrás tenía entre 35, 36 años, y decían que no porque no estaba en edad y que el cáncer no le daba a las mujeres jóvenes, que yo no tenía factores de riesgo”.

Ese estudio arrojó la categoría Bi-Rads 4, que indica sospecha de malignidad y fue necesaria una biopsia para determinar de qué se trataba. Finalmente el diagnóstico fue de cáncer de mama: se identificó un adenocarcinoma invasivo infiltrante.

Katya, quien ha sido DJ y fotógrafa, recibió su diagnóstico en el Fucam, pero continuó su tratamiento en el IMSS, pues era demasiado costoso continuar en la otra institución. Acudió a una clínica y después al Hospital Siglo XXI.

Debido a que el tumor en su seno izquierdo había crecido hasta 5 centímetros, al momento era inoperable, así que se procedió con tratamiento. En abril de 2021, ella comenzó sus quimioterapias para reducir el tamaño.

Además, cuenta que algo relevante es que tiene mamas densas, esto quiere decir que son muy fibrosas. Se le detectó un adenoma en el otro seno, el derecho, pero en cinco intentos no se pudo lograr la biopsia. Por ello, le recomendaron hacerse una mastectomía doble.

“Fueron como cinco biopsias sin éxito y la doctora que me atendía me dijo, ‘creo que lo más conveniente es que te quitemos también el otro seno’. Yo decidí que era lo más conveniente. De hecho, desde un principio cuando me dijeron el diagnóstico, yo lo que pedía era que me quitaran los dos, porque me daba miedo que regresara en el otro. Creo que no fue tan complicado para mí porque desde que me dijeron que tenía cáncer en la mama izquierda, empecé a ver mi seno como un enemigo, ajeno”, apuntó en entrevista.

Katya explica que al principio consideró hacerse la reconstrucción de mamas por estética, pero con el paso del tiempo dejó atrás esta idea: “La reconstrucción requeriría muchas cirugías más, fácil, como tres o cuatro. Entonces decidí ya no reconstruirme porque ya no quiero estar en hospitales”.

”Me gustaría que otras mujeres que están pasando por este proceso tengan la fortaleza, que puedan continuar con su vida, que entendamos que no somos un par de senos. He encontrado a muchas mujeres en este camino que hablan de la palabra mutilación. Jamás vi la pérdida de los senos como una mutilación. No es una palabra que forme parte de mi vocabulario. Creo que es importante que entendamos que no somos un par de senos y que la falta de senos no nos define como personas. Seguimos siendo bellas, seguimos siendo mujeres, seguimos siendo madres, seguimos siendo esposas, seguimos siendo seres humanos y la falta de senos no debe de captar o de afectar nuestra vida”.

Karla: una fiesta de despedida para ‘la chichi’
Karla, de 50 años, detectó una bolita ‘de pura casualidad’, mientras se autoexploraba en marzo de 2018. Rápidamente contactó con su ginecóloga, quien le pidió una mamografía de urgencia. Así le detectaron un tumor maligno en el seno izquierdo.

La mujer, quien vive en Guadalajara, explica que ella cuenta con seguro de gastos médicos mayores y pudo atenderse en un instituto privado.

Considera que todo fue muy rápido, de un momento a otro, tras la biopsia que confirmó que se trataba de un tumor maligno, comenzó con sus sesiones de quimioterapia.

Al final de esas terapias, continuó con la mastectomía para retirar el seno.

“Yo le hice una fiesta de despedida (a su seno), invité a mujeres y me traían cosas relacionadas con las chichis. Yo me refugié en el humor para poder sobrellevar ese año, entonces mi chichi tuvo su fiesta de despedida”. Todo esto no quitó los sentimientos de miedo y tristeza, pero fueron más navegables.

Luego de que le retiraran el seno, el médico le explicó a Karla que tendría que esperar hasta dos años para una reconstrucción mamaria, pues la radiación daña la piel y podía haber un rechazo. Así que tuvo tiempo para pensar qué quería hacer con su cuerpo.

Karla comenzó a cuestionarse si realmente tener un implante mamario era algo que quería hacer. “Ahí fue cuando dije ‘no’. En realidad no lo necesito, lo que necesito es aceptar mi cuerpo, quererlo, y decirle a otras mujeres que también tienen la opción de no hacerlo”.

Añade que las pacientes que viven estos procesos tienen derecho a tomar la decisión que les dé paz.

“Y la verdad es que yo a las mujeres que sí deciden ponerse implantes, mis respetos, porque qué valientes de volver a pasar por todo el proceso de un hospital, la recuperación y que muchas veces el implante haga reacción, no sé, te pueden pasar muchas cosas y yo digo uh. Creo que lo que debería de pasar es que la paciente decida, basada en lo que ella le dé paz y que el resto deben respetar. Eso es lo que creo que que nos merecemos, ¿no? Pasamos por un proceso tan largo, tan difícil, tan doloroso y que por lo menos deberíamos de recibir respeto a nuestras decisiones, a lo que nos haga sentir bien”.

Karla, que también es comunicóloga, destaca que esta es una enfermedad cuyos tratamientos tienen costos altísimos, que son impagables para las mujeres. Esto es algo en lo que coincidieron las entrevistadas: es urgente que las autoridades de salud pública actualicen las campañas de prevención de cáncer de mama y se garantice el acceso oportuno a consultas médicas especializadas, pues la detección temprana es primordial para salvar la vida de las mujeres que padecen la enfermedad.

Con información de Alejandra Perfino.

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