La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó este lunes que 46.01 por ciento del territorio padece de sequía.
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Por César Augusto Cant
La sequía amenaza a prácticamente la mitad del territorio nacional, ejerciendo todavía más presión sobre urbes y productores agrícolas.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó este lunes que 46.01 por ciento del territorio padece de sequía entre moderada y excepcional (D1 a D4), con el norte y noreste siendo las zonas más presionadas.
“En el resto del territorio nacional se observaron lluvias por debajo del promedio, principalmente a lo largo de los estados de la vertiente del Golfo de México. Lo que propició el incremento de áreas con sequía de moderada a severa en el noroeste, centro norte y occidente. La sequía extrema aumentó en el norte y noreste del país”, informó Conagua en el reporte más reciente de su Monitor de Sequía.
Aunque la sequía de 2021 fue peor (71.52 por ciento del territorio nacional al 31 de marzo), la de este año aceleró a un paso considerablemente mayor. Entre el 15 y 31 de marzo de 2022, el área que sufría sequía aumentó 15.61 por ciento. El año previo, durante esa quincena, el incremento fue de 6.31 por ciento.
Los estados del norte son los que más la padecen. El 100 por ciento de los municipios de Baja California y de Baja California Sur sufren de sequía entre moderada y extrema. En Durango, la porción es de 97.4 por ciento.
Son 11 las entidades con más de tres cuartas partes de sus municipios en sequía. A las tres ya mencionadas hay que añadir a Coahuila (92.1 por ciento), Jalisco (89.6 por ciento), Nayarit (95 por ciento), Sonora (95.8 por ciento), Sinaloa (83.3 por ciento), Zacatecas (93.1 por ciento), Aguascalientes (81.8 por ciento) y Nuevo León (76.5 por ciento). El 27.2 por ciento de los municipios en el país (671) sufren de algún tipo de sequía.
Golpe al campo
La falta de lluvia presionará todavía más al campo mexicano. Los productores del agro enfrentan altos costos de insumos, con el fertilizante siendo uno de los que más preocupa a sus finanzas.
Entre los altos costos de insumos y las escaladas de precios del maíz, trigo, semilla de girasol y otros cultivos, se atisba en el horizonte un golpe duro a los de por sí aporreados bolsillos de los consumidores, que llevan prácticamente un año sufriendo tasas muy altas de inflación.
Algunas de las principales ciudades del país están sufriendo desabasto por la falta de lluvia. El gobierno de Nuevo León tuvo que imponer cortes de agua rutinarios y rotativos en los municipios de su área metropolitana. En Jalisco también hubo cortes de agua.
La sequía no es nueva para México, por lo que existen varias iniciativas para aprovechar mejor la escasez de agua, como agricultura protegida, desalinización del agua, entre otras.
Sin embargo, la realidad es que, mientras la disponibilidad de agua disminuye, aumentan las necesidades de producción agrícola y agroalimentaria para alimentar a una población creciente, al igual que el uso doméstico en urbes cada vez más pobladas.
“No es algo que vaya a cambiar de ninguna manera […] Tenemos que hacer mucho más, con menos agua […] Los pozos son más profundos cada vez”, comentó en entrevista Homero Ontiveros, director general de Ag-Tech América y consultor de GreenTech Américas.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reconoce la situación y ha hecho varios llamados para que los productores agrícolas saquen tanto provecho como sea posible al agua y al terreno.