* Testigos y vecinos aún recuerdan el drama y la brutalidad de las imágenes
* “Ahí espantan” dicen los vecinos y quienes pasan por el lugar
* Adoraban a la muerte por eso tenían veladoras, comentan otros
Por Mauro Moreno Campos/Moisés Coss Ortíz/Astronoticias
Fue un 20 de abril del año 2013, casi 11 años de aquella infernal noche, cuando el sector de la colonia Benito Juárez, los primeros pobladores de áreas federales del FFCC, y algunos curiosos, se alertaron con los desgarradores gritos de auxilio, de dolor y de desesperación que se dejaban escuchar entre las penumbras de la noche.
De pronto, las estrechas calles que conducen a la zona donde estaban los viejos patios del ferrocarril, pegados a la Estación de donde partía hace muchos años el tren con destino a Estación Calles, para el enlace de mercancía y pasajeros con destino a Victoria o Monterrey, eran insuficientes para el paso de unidades de bomberos, de Cruz Roja, voluntarios y protección civil.
Aquello se volvió un maremágnum, los gritos de dolor, los ayes, se conducían como lacerantes centellas por los conductos de los oídos de quienes atestiguaban la horrible tragedia, imposibilitados de luchar contra el fuego que devoraba el interior del viejo vagón Pullman que había sido desechado como furgón de pasajeros y rumbado a un espacio aledaños a la vieja estación del ferrocarril.
Los esfuerzos de los socorristas tanto de cruz roja, como protección civil y bomberos por entrar a la hornaza en que estaba convertido el vagón, fueron infructuosos, los candados puestos en la puerta fueron el primero de los obstáculo, la lumbre ya esparcida en todo el interior, hacían imposible todo rescate de los infortunados miembros de la familia que poco a poco alcanzados por el fuego fueron teniendo una dolorosísima muerte.
Un 20 de abril de 2013, casi 11 años de aquella tragedia y quienes fueron testigos no olvidan las crudas imágenes que se vieron tras acabar con el incendio, lamentablemente el costo eran 4 muertes, una madre con sus 3 hijos, uno de ellos prácticamente un bebé, las desgarradoras graficas tomadas por los reporteros, hablan del sufrimiento de los ahí fallecidos, al sentir sus carnes desgarradas por la lumbre, el calcinarse poco a poco, sin remedio alguno.
Al final, solo se levantaron los restos de la adulto, y sus 3 menores hijos, pedacitos de carbón, quedaron como testimonio de la acción de la lumbre, que como queriendo borrarlos de la faz de la tierra, los consumieron casi en su totalidad.
Como testigo de la tragedia, ahí sigue el vagón, en ese mismo rincón donde el sacrificio de 4 personas, para no haberle movido los cimientos, solo a su interior las huellas de la destrucción por el fuego, parecen habla lo que ahí se vivió aquella noche, algo que aún sigue en la mente de quienes eran vecinos de la madres de familia y sus tres hijos.
Delia Hernández Hernández, comentó en el video informativo “Ahí espantan”, May Chávez señala “Trágico accidente, los que vivimos cerca recordaremos ese día”, Juan Manuel Villagrán señalo “Tenía un altar a la muerte y le ponía veladoras”.
Al paso de gente camino a sus casas en las colonias Ferrocarril, Benito Juárez o Azucarera, no pueden dejar de voltear su vista hacia el Vagón pulman de la muerte, un área que nadie ha vuelto a ocupar, que nadie quiere habitar y que todo mundo rehúye, construyendo pegado a él, pero sin invadirlo porque es el vagón maldito.
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