Regan Morris, Sophie Long
BBC News, Los Ángeles
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La sequía vuelve a acechar al oeste de EE.UU. y pone en peligro el acceso al agua de millones de personas.
En ningún lugar se ve más claro que en el lago Mead, situado en la frontera entre Arizona y Nevada, cerca de Las Vegas, y que se formó con la construcción de la presa Hoover sobre el río Colorado.
Es la reserva más grande en EE.UU. y provee de agua a 25 millones de personas en tres estados y México.
Los niveles de agua en el lago están tan bajos que los cadáveres de víctimas de asesinatos de hace décadas, alguna vez escondidos en las profundidades, están volviendo a surgir.
Uno apareció dentro de un barril, con una herida de escopeta. Se podría pensar que alguien creyó que permanecería en el fondo de la reserva de agua para siempre.
Un problema mucho mayor
Si el lago sigue retrocediendo, puede alcanzar el punto que se conoce como de “piscina muerta”: un nivel tan bajo de agua que la presa Hoover no podría seguir produciendo energía hidráulica ni continuar distribuyendo agua cauce abajo.
Se les ha dicho a los californianos que conserven agua en sus casas o podrían correr el riesgo de que se impongan restricciones obligatorias, ya que se espera que la sequía en la costa oeste pueda empeorar durante el verano.
A la población le ha pedido que limite el riego de los jardines y que se tomen duchas más cortas. En Los Ángeles, han pedido reducir el consumo de agua hasta en un 35%. Las restricciones vienen luego de que California viviera el año más seco desde que se tienen registros.
Efectos del cambio climático
La agencia espacial NASA -que entre sus funciones tiene la de monitorear los cambios en los niveles de agua en los reservorios del país- advierte que la región occidental de EE.UU. está entrando en una de las peores sequías de la historia.
“Parece ser que las piezas de dominó están empezando a caer con el cambio climático”, le dijo a la BBC el hidrólogo de la NASA JT Reager.
“Tenemos temperaturas más cálidas, menos precipitación y menos nieve. Las represas se empiezan a secar y luego, en un lugar como el oeste, tenemos incendios forestales”.
Las consecuencias empiezan a tener “impactos cada vez más fuertes”, dijo Reager.
“Es como ver como esta catástrofe se produce a cámara lenta”.
Impacto económico
La agricultura está sintiendo los graves efectos de la sequía, ya que alrededor del 75% del agua del lago Mead va a ese sector.
Casi un 33% de las verduras y un 66% de las frutas y nueces que se consumen en EE.UU. se cultivan en California. Pero decenas de miles de hectáreas están inutilizadas porque los granjeros no pueden conseguir suficiente agua para cultivar.
“El impacto podría verse en las estanterías el año que viene”, le dijo a la BBC Bill Diedrich, un agricultor californiano.
“La cosecha de esta temporada estará en las tiendas la próxima temporada”, explicó mientras mostraba sus campos secos.
En otro momento, tendría sembrados tomates para enlatar pero no ha tenido el agua suficiente.
Diedrich dijo que tenía esperanzas de que sus hijos pudieran tener la oportunidad de seguir siendo agricultores en California en un futuro.
Pero “no sé qué posibilidades hay de que eso pase”, dijo.
“De pronto, no tendremos agua”
Los pozos se han empezado a secar y muchos de los que viven de la agricultura en California no tienen recursos para cavar pozos más profundos.
En el valle San Joaquín, cuenta Fabián, un residente local que prefirió no dar su apellido, él y su familia de 5 personas dependen de tanques de agua instalados afuera de su casa para lavar y descargar los inodoros.
Dice arrepentirse de haber mudado a su familia a un área rural con tan poca seguridad de acceso al agua.
“Asusta bastante porque en este punto, no sabemos cuál va a ser la situación en uno o dos meses. De pronto hasta no tendremos agua”.
Buscando soluciones
Muchos agricultores argumentan que es hora de que se invierta en infraestructura, como la presa Hoover -la cual se construyó en los años 30- que logre captar más agua de lluvia, y así evitar enviarla nuevamente al océano.
La presas son controversiales y, frecuentemente, reciben la oposición de los ambientalistas. Pero dada la severidad de la sequía, hasta el liderazgo Demócrata de California -fuertemente alineado con grupos ambientalistas- ha propuesto replantear algunos de los proyectos de presas que el estado había olvidado.
Pero mientras unos se preocupan, otros innovan. Una compañía de Arizona, Source, está instalando hidropaneles en hogares de California y de alrededor del mundo, los cuales usan el poder del sol para extraer el agua del aire.
Kat George, de Source, estuvo en el Valle Central de California, donde la compañía instala hidropaneles en 1.000 hogares para que las personas puedan tener acceso a agua potable. Aunque sus pozos aún funcionan, en algunas áreas el agua está demasiado contaminada como para ser consumida, por culpa de los químicos que se usan en la agricultura.
La compañía usa energía solar para operar ventiladores dentro de los paneles, los cuales recuperan la humedad del aire y luego la filtran, volviéndola apta para su consumo.
Y aunque no produzca la cantidad suficiente de agua para lavar, un sistema pequeño de paneles puede producir agua suficiente para que una familia pueda beber, siempre y cuando el sol esté brillando, cosa que ocurre comúnmente en California.
Los empresarios dicen que esta tecnología puede darle agua para consumo a cualquiera que la necesite en cualquier parte.
De regreso en el lago Mead, ya no es posible zarpar en bote en la marina Calville Bay, y el restaurante “con vista al lago” ahora queda a una larga caminata de la orilla.
Pero no todo ha sido negativo. Han emergido nuevas playas y buzos están llegando en masa para buscar más cuerpos, dice Chad Taylor, encargado de ventas y marketing para la marina.
“Soy el tipo de persona que ve el lago ‘medio lleno'”, dice. “El negocio sigue abierto”.