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– Guardado fue titular con el Betis, HH entró de cambio y Diego Lainez se quedó en la banca todo el partido
REDACCIÓN RÉCORD
El Atlético de Madrid, iluminado venció con autoridad al Real Betis (3-0), derrotado por los goles de Yannick Carrasco, Joao Félix y en propia puerta de Pezzella, superado de principio a fin y sin más respuesta que Claudio Bravo frente a la determinación del equipo rojiblanco.
Una reacción esperada y concluyente del bloque de Diego Simeone, que vivió el partido sancionado, desde el palco con la misma tensión que en el banquillo, consciente de la transcendencia de un partido del que se adueñó De Paul, aclamado cuando fue sustituido al borde del final.
Él fue el líder original del estupendo primer tiempo del Atlético, que superó la presión del Betis y que, aún sin Joao Félix contó una cantidad de ocasiones inusual en esta temporada terminando con el golazo de Carrasco, en el minuto 26, reivindicado con su mejor destreza, con ese regate y ese chut fulminante con el que anotó el 1-0.
El extremo belga encaró a Martín Montoya, al que rebasó con un recorte con la derecha para lanzar un zurdazo esquinado, potente, para batir a Claudio Bravo, para determinar en el marcador lo que había determinado el juego de forma indudable.
Aunque la reacción de Pellegrini al intermedio, el cambio de los dos extremos (se fueron Rodri y Juanmi, entraron Tello y Aitor Ruibal), también fue la breve reacción del Betis, que pareció diez minutos otro, reaparecido en el área con una volea de Carvalho, mucho más presente en campo contrario, a punto de lograr el 1-1 en un testarazo de Willian José, el encuentro siempre transmitió que era sí o sí del Atlético.
Por ocasiones, por futbol, por ambición y por convicción, porque el VAR invalidó el 2-0 de Hermoso cuando la segunda parte daba sus primeros pasos, porque Luis Suárez remató fuera, porque Savic no acertó a cabecear un testarazo que fue a las manos de Claudio Bravo, porque el portero chileno privó a Luis Suárez del gol.
Y porque, entre tanta insistencia, Pezzella se marcó el 2-0 en propia puerta que, de otra manera, sin su intervención, una especie de escorzo con el cuello, probablemente habría tenido el mismo destino porque Gimenez aguardaba solo para embocar con la testa el gol. Aún quedaba media hora, un chaparrón de agua y un viaje sin sobresaltos hacia una victoria notable del Atlético, agrandada con el 3-0 de Joao Félix, que se sumó a la fiesta de De Paul con su primer gol de este curso.