* Muy lejos quedan los niveles acostumbrados
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Triste, desolador, lamentable, alarmista, peligroso, de analizarse y de pensar en lo que viene, es la imagen que proyecta en estos momentos la presa Saca de Agua, ante la intensa sequía por largos 5 ó 6 años se ha ensañado contra esta región, amenazando con secar todas las corrientes de agua y los mantos freáticos.
Aguas encharcadas, verdosas, es lo que se ve en el espejo donde se suponen que se represan las aguas de la derivadora saca de Agua, un bajísimo nivel, que permite en algunos puntos ver el choy del fondo del río, una delgada línea de agua es lo que antes fuera un caudaloso río.
Construída antes de 1976, fue entregada esta obra en el mes de octubre de 1976, para contener el caudal del Río Guayalejo y derivar agua a la presa Las Animas, que tendría una capacidad de riego de 45 mil hectáreas según el proyecto original, que al parecer nunca se alcanzó como objetivo.
La enorme cortina, con 9 compuertas, apenas besa el agua que llega por el Río Guayalejo, 3 de ellas ligeramente levantadas, no son obstáculo alguno para contener el paso de una delgada capa de agua, que sigue su curso tratando de alcanzar el sistema lagunario de Altamira y Tampico.
La cortina para el paso del agua al canal derivador hacia la presa Las Animas, quedan varios metros por encima del espejo del agua verdosa del río, difícilmente podrían represar agua en estos momentos para meterle al vaso de las Animas que esta a un 14% de su Capacidad, total.
