¡QUE YA TE CARGÓ LA TIZNADA!
Por Ramón Durón Ruíz (†)
La sabia abuelita de Humberto Valdez Richaud decía cada inicio de año: “Mijito te deseo el doble de lo que quieres para mi” una frase tan simple tiene una profunda moraleja: lo que deseas para los demás… ¡te será devuelto!
Lo anterior lo traigo como marco de referencia, debido a que tuve el privilegio de ser invitado a dictar una conferencia a Monterrey, N.L. por Alcohólicos Anónimos, ahí, escuche a una conferencista, una ama de casa con un sorprendente don de la palabra –que cautivo al Filósofo– dijo:
— “Cuando mi esposo era alcohólico, los vecinos nos llamaban para decir que bien borracho estaba dormido en la calle, en la plaza, en la cantina… con mucha pena, mis hijo y yo íbamos por él, para traerlo a casa. Yo, imploraba a Dios:
— ¡Señor!, dale una fuerte lección, que se accidente y se quiebre ambas manos, las dos piernas… ¡dale una fuerte lección! para que recapacite y deje de ser alcohólico.
Efectivamente lo que deseaba para él, una fuerte lección, llegó a la familia, pero en un accidente en mi persona…”
Cuando somos capaces de entender que el universo es uno sólo, en donde como un “muégano” no se sabe dónde principia el otro y donde termina uno, aunque en cuerpos separados y dotados de individualidad… ante el cosmos, todos somos una sola alma, somos uno con Dios, en donde lo que deseamos para el de al lado, se refleja en nuestra vida.
De ahí la sabia frase: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” porque es demasiado importante tomar conciencia de que lo que hacemos y deseamos para los demás, en una infalible ley Kármica, invariablemente llegará a nosotros, positiva o negativamente impactará en nuestras vidas.
Este viejo Filósofo te recuerda en los prolegómenos de este año, que para que construyas un año nuevo, es necesario que dejes atrás vicios y actitudes negativas, que además de dañar tu salud, como pesada carga impiden a tu alma evolucionar, trascender las fronteras del tiempo y levantar vuelo.
Si has de mirar hacia el año que se fue, que sea para que ejerzas el arte de bien vivir, trabajando en cerrar círculos. Te invito respetuosamente a que de tu boca nunca salga la frase “ando matando el tiempo” ¿matar algo tan sagrado que la vida te da? Recuerda tres cosas:
1.- Tu transformación parte del buen uso del arte de la palabra;
2.- Entiende lo trascendente del tiempo, como recurso no renovable; y
3.- “Hay dos cosas que puedes perder: el tiempo y la vida, la segunda es inevitable, la primera es imperdonable”
Resulta que un pela’o de Güémez visita al doctor. Después de un exhaustivo chequeo, el médico llama a la mujer del enfermo al consultorio y a solas le dice:
— Tu marido tiene una enfermedad muy grave, combinada con un estrés tremendo, si no sigues los 10 consejos siguientes, ¡sin duda morirá!:
1.- Cada mañana, prepárale un desayuno saludable.
2.- Se amable, trátalo siempre bien y con excelente sentido del humor.
3.- Prepárale comida para que lleve al trabajo.
4.- Cuando vuelva a casa tarde y con colorete en la camisa o con algunas copas de más, no discutas y atiéndelo de manera especial.
5.- Que no te ayude en las tareas del hogar, eso sólo aumentaría su estrés.
6.- No hables mal de nadie.
7.- Dedícate a complacerle sus gustos, masajéalo… haz que se relaje.
8.- Deja que tome el control de la televisión.
9.- Haz el amor con él las veces que desee y como desee, satisface ampliamente sus antojos sexuales.
10.- Cuando haga carne asada en la casa tú has todo, déjalo que disfrute la vida con sus amigos… ¡ahhh! y no le levantes la voz.
Si haces esto durante los próximos 3 años, creo que tu marido se recuperara satisfactoriamente de su salud.
De camino a casa, intrigado el marido pregunta a la mujer:
— ¡Vieja! ¿Qué te dijo el médico?
— ¡QUE YA TE CARGÓ LA TIZNADA!
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