Foto: MIKEL PONCE
– La italiana, que ha fallecido a los 95 años, restauró algunas de las obras maestras del arte italiano, como las pinturas de Giotto en la Capilla de los Scrovegni en Padua o los frescos de Masolino da Panicale en el Baptisterio de Castiglione Olona
EFE
La restauradora italiana Pinin Brambilla, conocida, sobre todo, por salvar «La última cena» de Leonardo da Vinci, ha muerto a los 95 años. Brambilla fue una de las restauradoras más importantes del siglo XX y fue conocida internacionalmente por haber llevado a cabo la restauración de «La última cena» de Leonardo, que se encuentra en el convento de la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, en Milán, un intenso y duro trabajó que comenzó en 1978 y concluyó en 1999.
Su fallecimiento fue comunicado por el Centro de Conservación y Restauración La Venaria Reale, que es un referente en la formación universitaria de restauradores y en la investigación en el sector del patrimonio cultural y fue fundado por Brambilla en 2005. «Su rigor y su ejemplo seguirán siendo un punto de referencia, que seguirá viviendo en nuestras elecciones y en nuestras acciones. Adios Pinin, te echaremos de menos», escribió el centro en Facebook.
Brambilla fue la restauradora de algunas de las mayores obras maestras del arte italiano, como las pinturas de Giotto en la Capilla de los Scrovegni en Padua o los frescos de Masolino da Panicale en el Baptisterio de Castiglione Olona, además de obras de Piero della Francesca, Bronzino, Caravaggio, Tiziano o Tiepolo, entre otros.
En el libro «Mi vida con Leonardo» (2015), Brambilla relató su extraordinaria y legendaria empresa vinculada a la restauración de «La última cena», que logró salvar deteniendo la corrosión de los colores originales. Una aventura que terminó en 1999 y que duró unos veinte años, intercalada con interrupciones forzadas por problemas burocráticos y que se materializó gracias a la financiación de las entonces 7.000 millones de liras (4,5 millones de dólares) donadas por la empresa Olivetti.
La restauración
«La última cena» sobrevivió milagrosamente al bombardeo de Milán en 1943 y fue restaurada siete veces con técnicas diferentes y con la obsesión de fijar el color, lo que supuso el empleo de colas que con el paso del tiempo oscurecieron el original hasta hacerlo casi imperceptible. Leonardo terminó esta obra en 1497.
«La última cena» de Leonardo da Vinci – ABC
Lo que el genio ignoraba era que debajo de aquel baptisterio pasaba un río que humedecía la pared sobre la que había pintado una de sus obras maestras y que esa humedad funcionaría como absorbente de la pintura. Los primeros problemas por la pérdida de color surgieron apenas diez años después de que la hubiera acabado. Brambilla trabajó en la reconstrucción del color original con disolventes y papel japonés para disolver las colas y limpiar las impurezas milímetro a milímetro, de ahí los 21 años empleados para completar la restauración.
