* Visión empresarial de Abelardo osuna Cobos, hoy es solo un baldio con una vieja construcción
Por Mauro Moreno Campos/Asttronoticias
Son muchos años, que el olvido ha consumido su historia, la historia lechera del Mante, la historia del progreso económico de esta región, una historia que solo los viejos conocen, y que las generaciones más recientes, ni idea tienen, del Mante que se fue de las manos de sus habitantes.
Ahí está, a un costado de la gasolinera San Cristobal, es un viejo edificio plano, de una sola planta y atrás un segundo espacio como que almacenó en su momento las calderas, porque las viejas chimeneas que aún desafian el tiempo con su mirada al cielo, siguen estoicas, como esperando que regresen aquellos que ahí trabajaron.
Es el edificio que albergó la pasteurizadora Mante, aquella que formó parte del emporio empresarial y visionario de Abelardo Osuna Cobos, la que tenía bajo su control la distribución de leche pasteurizada la que se vendía en los tradicionales envases de forma cuadrada de un litro de capacidad en toda la región-
De su maquinaria que por años estaba visible desde la carretera, poco podemos decir, hoy algunas partes de los muros de esa empresa están sellados, otras parte de la misma ocultos por el ramaje de los árboles que levantan una cortina en todo el frente como tratando de guardar celosamente su tesoro.
Su fin afirman, que se marcó cuando Transportes Mante emigró del Mante, cuando se fueron para instalar el corporativo en Ciudad Victoria, incluso sellaron para siempre su historia transportista por el nuevo nombre de Transpaís. Dejando solo los colores como identidad de aquellos que algún, sencillamente fue.