Foto: AP / IA Gemini
– La corona imperial de la emperatriz Eugenia, compuesta por 1,354 diamantes y 56 esmeraldas, fue hallada dañada tras un robo de alto perfil en el Museo del Louvre de París
Por Redacción
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Una invaluable corona se salvó del robo en el Museo del Louvre, el cual se vivió este domingo como una escena de película, una de las más impactantes en su historia reciente. En plena mañana, con visitantes ya dentro, un grupo de ladrones perpetró un asalto silencioso de apenas siete minutos en la Galería de Apolo, donde se exhiben las joyas de la corona francesa.
Laurent Núñez, ministro del Interior, explicó que los cuatro hombres, dos vestidos con chalecos de seguridad amarillos, robaron el Museo Louvre en minutos: ingresaron por la fachada sur —la que da al río Sena— utilizando una plataforma elevadora; cortaron los cristales con herramientas eléctricas, rompieron vitrinas y huyeron en motocicletas con un botín compuesto por ocho piezas de valor histórico incalculable… aunque una la libró.
La joya imperial que los ladrones dejaron atrás afuera del Museo Louvre
Entre las joyas robadas del Louvre se encontraba una de las más emblemáticas del Segundo Imperio francés: la corona de la emperatriz Eugenia de Montijo, esposa española de Napoleón III. Sin embargo, en su huida, los ladrones abandonaron la pieza, que fue hallada más tarde rota y tirada cerca del museo, según confirmaron las autoridades.
De acuerdo con Le Parisien, la corona fue creada en 1855 por el orfebre Alexandre-Gabriel Lemonnier para la Exposición Universal de París. La obra, confeccionada con 1,354 diamantes y 56 esmeraldas, fue diseñada para simbolizar la grandeza imperial francesa.
Su estructura está compuesta por ocho arcos en forma de águila de oro cincelado, alternados con palmetas de diamantes, cada una flanqueada por esmeraldas. En el centro se eleva un globo de diamantes coronado por una cruz de seis brillantes, un diseño típico de las coronas imperiales del siglo XIX.
Un día turístico del Louvre dijo a Le Parisien que la corona de Eugenia estaba en la vitrina más cercana a la ventana: “En la vitrina rota, estaban la corona, una tiara, perlas, broches de diamantes y un colgante”.
“Durante su intervención, la policía encontró en el lugar del incidente dos amoladoras angulares, un soplete, gasolina, guantes, un walkie-talkie, una manta y una corona. Un poco más lejos se encontró un chaleco amarillo, usado por los delincuentes para hacerse pasar por trabajadores, que se perdió durante la fuga”, dice dicho diario francés.
El Louvre describe la pieza como “una obra maestra de orfebrería francesa, símbolo del esplendor del Segundo Imperio”.
La corona de la emperatriz Eugenia tiene una historia tan brillante como accidentada. Tras la caída del Segundo Imperio en 1870, fue vendida por el Estado en 1885 como parte de la liquidación de los bienes monárquicos, y solo volvió al patrimonio nacional más de un siglo después gracias a una donación privada.
Las joyas robadas del Louvre: Un tesoro del siglo XIX
Además de la corona de Eugenia, los ladrones se llevaron:
Una diadema y un conjunto de zafiros pertenecientes a las reinas Marie-Amélie y Hortense.
Un collar y pendientes de esmeraldas de la emperatriz María Luisa, segunda esposa de Napoleón Bonaparte.
Un broche relicario y un gran broche de corsage de Eugenia de Montijo.
En total, ocho objetos de valor incalculable, piezas que representan la herencia monárquica francesa y que permanecían bajo custodia del Estado desde 1887.
Así fue el robo del Museo de Louvre
El robo en el Louvre ocurrió alrededor de las 9:30 de la mañana, apenas 30 minutos después de la apertura del museo. El comando, conformado por cuatro ladrones profesionales, actuó con precisión quirúrgica.
Aunque las alarmas se activaron y los guardias acudieron de inmediato, el grupo logró escapar en scooters TMax antes de que la policía llegara. Ninguna persona resultó herida.
El presidente francés Emmanuel Macron calificó el robo como “un ataque a un patrimonio que apreciamos porque es nuestra historia” y aseguró que se hará todo lo posible para recuperar las joyas y llevar a los autores ante la justicia.
El golpe ha reavivado las críticas sobre la seguridad del Louvre, un museo que cada año recibe más de nueve millones de visitantes. Los sindicatos del personal ya habían advertido sobre la falta de seguridad y el hacinamiento en las galerías.
“El Louvre es un símbolo global de nuestra cultura. Este robo es una humillación para nuestro país”, escribió el líder político Jordan Bardella en X, mientras que la ministra de Cultura, Rachida Dati, reconoció que “los museos deben adaptarse a las nuevas formas de crimen”.
Con información de EFE, AP y Bloomberg.
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