¿Qué dirías si alguien te cuenta que se comió 720 huevos en un mes? Digo, estamos hablando de 24 huevos diarios a final de cuentas. Pues eso fue exactamente lo que hizo un estudiante de Harvard, pero no lo hizo solo por gusto. Este joven decidió probar una teoría muy interesante: quería ver si comer tantos huevos realmente aumentaría su nivel de colesterol. Y lo que descubrió fue bastante sorprendente.
Todos hemos escuchado alguna vez que comer muchos huevos es malo porque tienen mucho colesterol. De hecho, un huevo puede contener una gran cantidad de colesterol, y eso nos hace pensar que comer muchos puede ser peligroso. Sin embargo, este estudiante pensaba diferente. Su idea era que, aunque comiera una cantidad enorme de huevos (y por lo tanto de colesterol), su colesterol LDL, que es lo que comúnmente conocemos como el “colesterol malo”, no aumentaría. Quería demostrar que el colesterol en la dieta no tiene tanto impacto en los niveles de colesterol en sangre como la gente cree.
Así que, durante un mes entero, comió un huevo cada hora. Eso significa que se comía 24 huevos al día, sumando un total de aproximadamente 133, 000 mg de colesterol. Suena mal, pero lo más sorprendente fue lo que sucedió después. Al terminar el experimento, checó sus niveles y observó que no había aumentado su colesterol malo, al contrario ¡había bajado! En las primeras dos semanas, su colesterol LDL se redujo un 2%, y en las dos semanas siguientes, bajó un 18% más.
Ahora resulta que el cuerpo tiene un mecanismo muy inteligente para regular el colesterol. Cuando consumes colesterol, este se une a ciertos receptores en tus intestinos, lo que hace que se libere una hormona llamada cohesina. Esa hormona viaja al hígado y le da la señal de que no debe producir más colesterol, porque ya tiene suficiente. Así es como el cuerpo logra un equilibrio, algo que los científicos llaman homeostasis. En resumen, el cuerpo se encarga de ajustarse solo y no dejar que los niveles de colesterol se salgan de control, aunque comas mucho de él.
Ahora bien, el estudiante también estaba siguiendo una dieta baja en carbohidratos, y eso también tuvo un papel importante en su experimento. Cuando no comes muchos carbohidratos, tu cuerpo empieza a quemar grasa para obtener energía. Esto puede causar un aumento en los niveles de colesterol LDL, pero también en el colesterol bueno, el HDL, mientras que los triglicéridos bajan. Esto es lo que se conoce como la «tríada lipídica», y es un efecto común en las dietas bajas en carbohidratos.
Para ver si podía reducir aún más su colesterol, el joven decidió añadir 60 gramos de carbohidratos al día a su dieta, principalmente a través de frutas como plátanos, fresas, arándanos y cerezas. Aunque esta cantidad no era suficiente para revertir completamente los efectos de su dieta baja en carbohidratos, fue suficiente para ver una reducción significativa en su colesterol LDL.
Al final, este experimento nos enseña varias cosas. Primero, que el colesterol en los alimentos no tiene tanto impacto en el colesterol en sangre como muchas personas creen. Y segundo, que una dieta equilibrada, que incluya carbohidratos, puede ser clave para mantener niveles saludables de colesterol, especialmente si sigues una dieta baja en carbohidratos.
Lo que este estudiante logró fue desmentir uno de los mitos más comunes sobre el colesterol. Durante años se ha pensado que comer alimentos ricos en colesterol, como los huevos, es malo para la salud, pero su experimento demuestra lo contrario. El cuerpo tiene mecanismos muy eficientes para regular el colesterol, y la ciencia muchas veces contradice lo que la sabiduría popular nos ha hecho creer.
Así que, aunque comerse 720 huevos en un mes probablemente no sea algo que quieras probar, su historia es un buen recordatorio de que no siempre debemos fiarnos de lo que se dice. A veces, la ciencia nos da respuestas mucho más sorprendentes.
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