* Encerrados en reducida área, sobreviven a toda contingencia en sus campers
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Desde su llegada al Mante, allá por el mes de marzo, pensando en realizar una breve temporada de sus actos circenses y proseguir hacia otros puntos de la republica, los artistas del Big Circus, no imaginaron que el Mante al menos por 4 meses y días, sería algo parecido a la cárcel, donde perderían toda su libertad tanto individual como en el trabajo, ya que por la pandemia su actividad no es considerada escencial y por lo tanto no pueden abrir las puertas de su circo.
Confinados en los terrenos de la feria, donde habían montado ya su carpa, preparadas sus luces a la entrada del circo, los representados por el señor Canto, sencillamente nunca pudieron presentarse ante los mantenses y comenzó el viacrusis, de como alimentar a las cerca de 150 personas que integran el elenco, lo mismo que a los animales de su pequeño zoológico.
La necesidad los ha llevado a convertirse en comerciante, la venta de frutas de ocasión, la sandía, las piñas, todo lo que sea posible para poder llevar el alimento a las familias recluídas en los camarotes de sus campers, es útil, la venta de tamales, por las tardes, han obligado a las mujeres del circo a dejar de lado los actos circenses, a dejar los leotardos para la función de cada noche, ´para batir la masa y la manteca, preparar los guisos y con ello elaborar los tamales que todas las tardes, los mismos trabajadores del circo, salen a ofrecer por toda la ciudad.
Muy lejos de sus familias en Nayarit y en Sinaloa, donde saben que están varados en el Mante, solo esperan el momento que les autoricen a trabajar, para cumplir con el Mante, obtener algún ingreso suficiente para las gasolinas de todas sus unidades y regresar a su vida de siempre, en la Libertad.
