– El socavón de casi 9 metros se ‘tragó’ una laguna que abastece de agua a la comunidad de Anteojos, San Luis Potosí; habitantes piden ayuda ante el temor de que el hoyo alcance zonas habitadas
Por Patricia Azuara
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Un enorme socavón de casi nueve metros de profundidad se “tragó” un abrevadero que abastece de agua a la comunidad de Anteojos, municipio de Santa Catarina, en San Luis Potosí. Autoridades gubernamentales y académicos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí ya investigan el suceso.
Los habitantes del lugar solicitaron la intervención inmediata del Gobierno estatal porque temen que el socavón crezca y alcance las zonas habitadas del sector, además de que se quedaron prácticamente sin agua para las actividades agrícolas.
Los hechos se registraron en días pasados, cuando dos jóvenes que pastoreaban sus animales, cerca del lugar donde se suscitó el problema, escucharon un estruendo. Al acercarse al lugar vieron cómo el agua comenzó a filtrarse por el agujero que se abrió en la tierra.
Personal de Protección Civil de San Luis Potosí sé trasladó al lugar para realizar las inspecciones necesarias y constatar que las personas que viven cerca no corren peligro. El socavón secó el abrevadero que alimentaba a los animales de la zona, por ello, especialistas realizan estudios del agujero.
El personal del área de Geofísica de la Coordinación Estatal de Protección Civil analizó la apertura de la tierra con un georadar y determinó que tiene una profundidad de 8.44 metros, un largo 8.68 metros y de ancho 6.44 metros.
En los próximos días se continuará el estudio para saber las causas que originaron este socavón, donde también se solicitó la intervención de los especialistas en geología de la máxima casa de estudios.
Por el momento se analizan las estrategias y acciones pertinentes para apoyar a la comunidad con el abastecimiento de agua para uso agrícola y que las actividades no se vean afectadas.
Socavón de Puebla, del interés al olvido
El surgimiento del socavón en la comunidad de Santa María Zacatepec impactó a la comunidad por sus dimensiones y porque creció hasta devorar una casa que estaba en las inmediaciones.
Lo que en principio fue temor fue el caldo de cultivo para que los pobladores vieran la oportunidad de hacer negocio y promovieran la falla como oferta turística, rentando azoteas para ver el socavón, así como con la venta de bebidas, comida y otros souvenirs como playeras con leyendas como “recuerdo del socavón”.
El morbo creció ante la denuncia de grupos defensores de animales que acudieron al lugar, luego que dos perros cayeron en el agujero. El 11 de junio, Spike y Spay fueron rescatados y el hecho le dio la vuelta al mundo, no sólo por la gran falla sino por las historias que surgieron a partir de ella.
Ante el interés de la gente por ver el socavón de Puebla y debido al reblandecimiento de la tierra en los alrededores, las medidas de seguridad aumentaron aún más luego de que el gobierno estatal informó que el socavón era de proporciones mayores a la dimensión que se observaba.
La secretaria de Medio Ambiente, Beatriz Manrique, indicó que los estudios arrojaron la existencia de 14 puntos con poca compresión y dos oquedades de entre cinco y 10 metros, de forma que el colapso de tierra está activo y puede replicarse en otros puntos del municipio.