Tras el ataque en su escuela, Juanito sale del hospital después de un mes de estar en tratamiento por las quemaduras que sufrió.
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EFE.- Juan, un niño de 14 años que resultó quemado en un ataque perpetrado por sus compañeros de su secundaria quienes le rociaron alcohol y prendieron fuego debido a su origen otomí y su acento indígena, fue dado de alta de un hospital, en el estado de Querétaro, aunque continuará en tratamiento mientras sus padres buscan justicia.
“Para mí ya no fue solamente accidente ni mucho menos bullying, ya fue un intento de asesinato”, dijo Juan Zamorano, padre del joven, tras salir del hospital en el que estaba internado su hijo.
El mentor contó que el pasado 6 de junio un par de estudiantes de la Telesecundaria Josefa Vergara, en la comunidad de El Salitre, en la capital de Querétaro, rociaron con alcohol el asiento de Juan Pablo o Juanito, como es conocido, y tras ver que se sentaba, le prendieron fuego con un encendedor.
Debido al ataque, el joven resultó con quemaduras de segundo y tercer grado en glúteos, piernas y la entrepierna e incluso fue él mismo quien tuvo que apagar el fuego que se extendía por sus piernas.
Padres de Juanito piden justicia
El padre de familia condenó la falta de atención por parte de la maestra de los tres menores, pues afirmó que la docente decidió trasladar por su cuenta a Juanito a una clínica, donde únicamente le aplicaron una pomada y lo enviaron a casa, a donde lo trasladó nuevamente la maestra.
Asimismo, dijo, fue ella quien decidió conseguir una cebolla para pasarla por las quemaduras, como un remedio. Todo ello, sin el conocimiento ni autorización de los padres del menor.
No fue sino hasta que Juan Zamorano, que trabaja como albañil y su esposa Eugenia Eduardo, quien atiende un puesto en la vía pública, llegaron a casa que supieron de la tragedia, pues ni la escuela ni la maestra les avisaron sobre el incidente.
Al percatarse de que las heridas de Juanito no eran leves el menor fue trasladado al Hospital del Niño y la Mujer, donde permaneció desde el 7 de junio hasta este lunes 11 de julio, cuando fue dado de alta.
En un breve mensaje a la salida del hospital, Juanito agradeció a todas las personas que le han mostrado su apoyo no solo en México sino en el mundo.
“Quisiera darles las gracias a toda la gente que me ha estado apoyando desde que entré aquí al hospital, gracias”, dijo.
Historia de discriminación
Querétaro es una de las entidades con una gran población indígena, particularmente otomí, en su mayoría concentrada en el municipio de Amealco, de donde Juanito y su familia son originarios y quienes decidieron trasladarse a la capital del estado buscando mejores oportunidades de vida; sin embargo, lo que encontraron fue discriminación y bullying.
Según Zamorano, desde febrero su hijo ya mostraba renuencia para acudir a clases, aunque no daba motivos claros.
“No nos quería decir (…) Nos dimos cuenta que hasta la propia maestra le hacía bullying nada más porque somos otomíes”, declaró.
El padre de familia aseguró que la docente se burlaba de su origen y de la forma en cómo el joven habla el español, pues no es su lengua natal.
Hoy, pese a que el gobierno estatal les ayudó con la renta de una casa por tres meses, en lo que termina el tratamiento médico de Juanito, la madre del menor aprovechó para solicitar protección, pues dijo que no se sienten seguros en la nueva casa ya que esta se encuentra muy cerca de la colonia donde sucedieron los hechos y donde los agresores de su hijo continúan en libertad.
“Es que esas personas andan libres, y yo no veo que hayan hecho nada. Como dicen que son menores de edad, que todavía no pisan el tutelar de menores, tomando cerveza en la calle, por eso es que yo pido justicia y protección”, concluyó.