*** Semanas atrás trabajadores de agencias de pompas fúnebres pusieron el cascabel al gato
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Medios nacionales dan la nota fuerte contra personal médico en algunos hospitales de la ciudad de México, se presume que están involucrados en la manipulación de las actas de defunción de quienes fallecieron al inicio de la pandemia y les pusieron como causa de la muerte “neumonía atípica” entre otros diagnósticos, sin realizar prueba o revisión a los cadáveres ante el temor de un contagio.
Se está involucrando a personal del sector salud, y se citan por lo menos 500 actas de defunción que se pudieron haber alterado, por médicos, algunos de ellos están ya bajo investigación por la falsedad en las causas de la muerte, por omisión al no acudir a los hogares o puntos de atención de los fallecidos a certificar personalmente los causales de sus fallecimientos.
Neumonía atípica, insuficiencia respiratoria o neumonía viral, fueron algunos de los diagnósticos falseados para justificar la muerte de muchos pacientes en el sector salud, lo que ahora se tendrá que comprobar o de lo contrario los profesionales de la medicina tendrán que enfrentar un juicio en base a la demanda que interpuso la Agencia de Protección Sanitaria del Gobierno de la Ciudad de México, que detectó una serie de irregularidades en las actas de defunción.
Semanas atrás, los dueños y trabajadores de las agencias de pompas fúnebres en la ciudad de Médico, habían denunciado que era extraño que se estuvieran registrando tantas muertes por neumonía atípica, demandando una investigación porque ellos como sus trabajadores estaban expuesto a los contagios de Covid por causa de estos diagnósticos.
Como resultado de haber puesto el cascabel al gato, muchos médicos de la ciudad de México, estarán bajo la lupa de la justicia aunque no se descartan acciones similares en los estados, donde también recurrieron a las muertes por “neumonía atípica” en los inicios de la pandemia, incluso contra aquellos epidemiólogos que no acudieron a cumplir con su encomienda en los hospitales dejando al garete a sus paciente por el temor a los contagios.