* La experiencia del periodismo en ocasiones se tinta en rojo
Por Mauro Moreno Campos/Astronoticias
Los tundeteclas de provincia, somos una especie de todólogos, expertos en diversos temas pero ignorantes en muchos casos de otros tantos, errantes en el conocimiento exacto de un área, pero amplios sabedores del funcionamiento de aquellas que en ocasiones son inexplicables, lo mismo se nos da conocer de siembra de arroz, que manejar producción azucarera, saber de apoyos oficiales al campo, que el manejo de medicinas en hospitales, hablar de temas de educación y combinarlos con temas de accidentes, pintar las letras de los medios de blanco con información meramente informativa, que darle el tono rosado de las notas sociales hasta tintarlo en rojo por la desgracia de terceras personas, así es el periodista de provincia, que a cambio de un sueldo mínimo, se vuelve conocedor de todo, sin tener una especialidad informativa como ocurre en ciudades grandes, llámense Guadalajara, Monterrey, México donde el periodista de deportes es solo de deportes, el de espectáculos, solo de espectáculos, el de finanzas solo en finanzas, mientras que acá tratamos de entrevistar a un político, con la misma audacia que a un artista.
Allá por el año de 1994, pasadas las 5 de la tarde cuando me tragaba al mundo a puños corriendo de un lado a otro, para cubrir toda la información habida y por haber, sediento de nota, arribé a las instalaciones del auditorio José López Portillo, a las afueras de la zona urbana, el recinto estaba listo para desarrollar lo que llamaban “Campaña sin candidato” para promover la figura de Luis Donaldo Colosio Murrieta, y apenas unos minutos de trabajo, todo se volvió un maremágnum unos corriendo de un lado a otros, otros mas con la cara desencajada, entre la confusión mi amigo Alex Valladares que cruzó corriendo a mi lado dijo “atentaron contra el candidato, allá en Tijuana”.
La historia ya es de todos conocidas por los mexicanos de aquellos tiempos, los jóvenes y grandes, el día que gran parte de México Lloró a su candidato, a la esperanza que ansiaban tras su frase de “Veo a un México con hambre y sed de Justicia”, mataron a Donaldo Colosio Murrieta, una triste experiencia en la vida de un reportero.
Hace 12 años, cuando parecía que la historia no se repetiría, el reportero, bajaba la sierra proveniente de Ocampo Tamaulipas, donde normalmente se acude a reportear “ a la región “ como coloquialmente decimos los reporteros de a píe, de chinga diaria, los que salen a partírsela buscando la nota, alejados del chayote, de la extorsión y la pischaca.
Ya había intentos de comunicación con el ”chicharito” celular que portaba, de aquellos que podíamos darnos el lujo de traer un celular para mantener la comunicación con nuestras fuentes de trabajo, donde trataban de informarme que otra tragedia.
Tan pronto baje la sierra, en un recodo a la entrada del ejido Papalote, en donde pude ver señal en el chicharito, me enlace con el medio “concéntrate en el periódico, para estar atentos a todo el desarrollo político que se viene, acaban de matar a Rodolfo el candidato del PRI a gobernador”.
Dos graves experiencia que pese al paso de los años, no dejan de ser el equipaje que cargamos aquellos que desde hace años, portamos la noticia de nuestra querida región, es un complemento en la vida profesional de los tundeteclas y sale a colación esta historia por cumplirse este 28 de junio 12 años del artero crimen y la llegada lamentable de unos de peores gobernador del estado, Egidio Torre Cantú.