Esa cifra surge a partir de una clasificación que hizo la OIT de los sectores de la actividad económica que sufrieron el shock más fuerte en abril y que hoy en día siguen con crecimiento negativo.
ZENYAZEN FLORES
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Pese a que desde junio ha habido un aumento progresivo en la actividad económica y con ello un retorno a espacios de trabajo, aún no ocurre una recuperación integral del empleo en México y hay 24 millones de empleos en riesgo alto de verse afectados por la pandemia de COVID-19, alertó este jueves la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La OIT publicó la primera nota técnica que analiza el impacto de la pandemia en el país titulada “México y la crisis de la COVID-19 en el mundo del trabajo: respuestas y desafíos”, en la que advierte que la tasa de desempleo al final del 2020 podría llegar a 11.7 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) y que los efectos de la crisis podrían empeorar en el mediano plazo.
El organismo indicó que el total de empleos en riesgo alto de verse afectado por la pandemia asciende a 24 millones 501 mil puestos de trabajo, lo que representa 44 por ciento de la población ocupada en México (55 millones 352 mil 304 personas).
Esa cifra surge a partir de una clasificación que hizo la OIT de los sectores de actividad económica que sufrieron el shock más fuerte en abril y que hoy en día siguen con crecimiento negativo y en “perturbación” ante la presencia de la pandemia.
Así, los 24 millones de empleos en un riesgo alto son los que se encuentran en industrias manufactureras, comercio al por mayor y por menor, servicios inmobiliarios y servicios de hospedaje, y servicios de preparación de alimentos y bebidas, los cuales tuvieron que cerrar de forma temporal en meses pasados al ser catalogados como no esenciales.
“Las consecuencias de la crisis se sintieron sobre todo a partir del mes de abril y el shock sobre la actividad económica mexicana afectó un mercado laboral ya debilitado por brechas en materia de acceso y calidad del empleo (aún no ocurre una recuperación integral del empleo y persisten desafíos para su recuperación. Estos efectos podrán empeorar en el mediano plazo”, sostiene el análisis.
Perspectiva del empleo y desocupación
La OIT indicó que el país también experimentó una caída de empleos formales, considerando que, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se perdieron un millón 117 mil 584 puestos de trabajo formales de marzo a julio 2020, de los cuales la mayoría eran empleos permanentes.
Apuntó que, de acuerdo con el Seguro Social, en agosto de este año se recuperaron 92 mil 390 empleos formales, sin embargo, anotó que un dato relevante es que en cinco meses se destruyeron más empleos formales que todo el empleo formal creado en 2019.
“Esto da indicios de que la reactivación y la recuperación de estos empleos no se hará de forma rápida”, anticipó la organización que en México encabeza Pedro Américo Furtado de Oliveira.
El análisis de la OIT señala que México se caracteriza por tener una tasa de desocupación baja, sin embargo, la pandemia ocasionó que en junio la tasa de desempleo subiera a un nivel de 5.5 por ciento de la PEA, cifra que no era tan alta desde el año 2014.
El organismo indicó que si el PIB se contrae 7.5 por ciento en 2020, la tasa de desempleo llegaría a 9.7 por ciento de la PEA, pero si la economía llegara a caer a un nivel de 10.5 por ciento, la tasa de desocupación podría escalar a 11.7 por ciento, lo que equivaldría a aproximadamente 6 millones de personas.
“En cualquier escenario, el país enfrentará un impacto mucho mayor que durante y después de la crisis de 2008-2009. El aumento del desempleo coincide con la reapertura de actividades, las personas se reincorporan a la fuerza laboral, pero las condiciones económicas desfavorables no permiten que se encuentre empleo”, concluyó la OIT.